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Cien días con el Covid-19; de todo un poco

Artículo de Roy Campos publicado en El Economista (05 de junio de 2020)



El sábado 6 de junio se acumulan 100 días desde el primer caso oficialmente detectado en México. Intentaré explicar lo que opino de muchas discusiones que se han dado en la inevitable controversia sobre la forma de atender y de comunicar por parte de las autoridades; no es una defensa, de hecho no necesitan que los defiendan porque están permanentemente en medios y tienen todos los micrófonos para hacerlo; tampoco es una crítica porque también de eso estamos llenos. Sólo es exponer mi OPINIÓN sobre algunas discusiones que se han dado.

A) ¿Estábamos listos para la pandemia? No, aunque nos lo diga recurrentemente el presidente o el subsecretario López-Gatell, nuestro sistema de salud no estaba preparado; desde el año pasado se mostró su deficiencia y en enero del 2020 vimos el fracaso del arranque del Insabi, al grado de que López Obrador pidió tiempo para verlo funcionar totalmente. La declaración de que estaban preparados es una declaración política entendible, no me imagino a ningún gobierno declarando “estamos mal”, aunque como lo han recordado -con verdad-, les dejaron un tiradero.

B) ¿Para qué hicieron la Jornada de Sana Distancia? Al final, es muy posible que los infectados sean los mismos, con o sin cuarentena. ¿Entonces? El aislamiento era necesario para varias cosas:

b.1 Para darle tiempo al gobierno a preparar hospitales, reconvertir camas, crear protocolos de actuación, etc. Después de muchos vuelos desde China, hoy ya estamos mucho mejor preparados, espero.

b.2 Para evitar que la velocidad de contagios saturara los hospitales; es decir, administrar la llegada de los enfermos graves a los hospitales, evitando con ello que viéramos escenas como en España donde se seleccionaba a quién atender (que es lo mismo que escoger quién muera).

b.3 Prepararnos psicológicamente para vivir la “nueva realidad” (que no normalidad).

C) ¿Y la controversia sobre el cubrebocas? Partamos de un hecho, el subsecretario no es ni tonto ni ignorante, sabe que el cubrebocas, sin ser la panacea, ayuda a reducir la propagación y prepara para vivir la nueva realidad. ¿Entonces? La respuesta está relacionada con el punto b.1, no había suficientes y era mejor dejar los disponibles para el personal médico, si hubiera dicho “úsenlos” hubiera generado una crisis; por ello el cambio de opinión disfrazado de “me malinterpretaron”, porque ahora tenemos dotación llegada desde China.

D) ¿Y el Modelo Centinela? O como se llame, fue un error comunicarlo, se dejaron presionar con las opiniones de que no había pruebas y se subestimaban los enfermos, entonces presentaron un cálculo donde en forma forzada llegaban a un factor de 8.2; después ya no se lo podían sacudir, se dieron cuenta de que esa “doble contabilidad” generaba más confusión, así que poco a poco lo fueron abandonando con el argumento “ya no es lo importante”.

E) “Los municipios de la esperanza” fue otro error, duraron sólo unos días y luego al presentar los semáforos ni se mencionaron; además del evidente nombre propagandístico, el concepto chocaba con el paso de estafeta a los gobernadores.

F) ¿Fallaron los pronósticos? Pues ya no sabemos cuáles, porque al principio con un cálculo sencillo hablan de millones de contagios, de enfermos y muchísimos muertos, luego pronostican una fecha que se va moviendo de forma natural conforme avanzan las cifras. Particularmente tengo admiración y respeto por el IIMAS de la UNAM donde cursé estudios y ahí se formaron dos grupos de científicos; mi tesis de maestría utilizaba ajustes a la curva de Gomperz por lo que al saber que uno de los grupos basaba en ella su pronóstico, hasta lo hice mío. Sigo pensando que están en lo correcto, que su pronóstico era bajo la premisa de “si todo sigue igual” pero no siguió; el aislamiento “administró” el crecimiento e hizo más largo el periodo de duración, pero cambió por ejemplo un punto máximo de 10,000 a uno de 5,000 o 6,000.

G) Las cifras, no las creo en su difusión diaria, están sujetas a muchos errores de consolidación, las sigo pero sé que tienen problemas.

H) Las pruebas. Decidieron seguir el esquema de no probar masivamente por economía, no se tenían y se prefirió destinar recursos a equipar hospitales; la premisa era que un infectado no es un enfermo y que pedir la cuarentena general era mejor que el aislamiento individual, recordemos que el objetivo era administrar contagios, no eliminar para siempre ese contagio.

Todos los puntos son opiniones, y por lo tanto puede ser una lluvia de incongruencias y equivocaciones, como las de todos, por cierto.



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