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Encuestador encuestado

Artículo de Roy Campos publicado en El Economista (30 de junio de 2019)



Normalmente soy yo quien le pregunta a los ciudadanos sobre asuntos de consumo o de posicionamiento ante políticas públicas; hoy soy yo el que responde con motivo del primer año del apabullante triunfo de López Obrador en México:

¿Qué cosas ha hecho bien el presidente?

1. Insistir en la desarticulación de redes de corrupción dentro del gobierno y en su relación con empresas o personas, a veces esto ha generado injusticias, pero insiste en que el fin lo justifica.

2. Centrar sus proyectos productivos en el sur del país como una vía de corregir la distorsión de oportunidades y la desigualdad de ingresos.

3. Eliminar o al menos disminuir privilegios a la alta burocracia; esa señal era necesaria.

4. Incrementar en forma importante el salario mínimo y, contra lo que muchos pensaban, esto no generó inflación ni incremento en la tasa de desempleo, lo que se aúna a un presupuesto 2019 responsable.

5. Establecer programas sociales hacia los jóvenes desde la preparatoria, es el primer intento serio de competir por el reclutamiento que en estas edades hace el crimen organizado.

¿Debe estar contento con su primer año?

Sí, aunque hay problemas, graves y muchos, en este primer año:

1. Tiene triunfos electorales.

2. Logra sacar prácticamente todos los cambios legislativos que se propone, además de sacar sin problema los nombramientos en los órganos autónomos.

3. Mantiene alta su popularidad.

¿Qué es lo que ha hecho mal?

1. En mi opinión, cancelar el aeropuerto de Texcoco, coincidiendo con él en los problemas de corrupción, sobreprecio y hasta daños ecológicos; creo era la mejor opción y había mejores formas de corregir los problemas sin cancelarlo.

2. Su propuesta de “punto final” que plantea ver hacia delante sin preocuparse mucho por algunas corrupciones y corruptos del pasado, no sólo significaría un “perdón” sino una decepción para quienes confiamos en que veríamos castigos a quienes descaradamente jugaban en el “lado obscuro” y que ahora se reirán de los que no lo hicieron, paseándoles su riqueza sin temor a la ley.

3. Aplicar las medidas de austeridad sin mucha discriminación, eran necesarias pero todo lo ve a “rajatabla”. Si había estancias infantiles con problemas, cancela todas; si había oficinas de ProMéxico ineficientes, cancela todas, etcétera.

4. El combate al huachicoleo, que dejó sin abasto a buena parte del país, no ha presentado culpables; si bien parece haber disminuido en forma importante, no hemos visto a quienes organizaban ese robo a la nación.

De su forma de gobernar o su estilo, ¿qué es lo que te molesta?

1. Mostrar un desdén por algunas instituciones e incluso sobre leyes, queda el registro de la frase: “Si tienes que decidir entre la ley y la justicia, no dudes, decide por la justicia”, que dicha por cualquier ciudadano es aplaudible pero un mandatario debe defender con todo el respeto a las leyes o cambiarlas, no violarlas.

2. Otro desdén que ha mostrado es a los datos duros, ya se volvió burla su frase “yo tengo otros datos” cuando a veces desmiente las cifras que se generan en su equipo.

3. Su propensión por las consultas sin rigor, que en sí no son el problema, sino su defensa por tomar decisiones importantes con ellas; repito, el problema no es hacer consultas, como quiera hacerlas y con el poco rigor, es su forma de sentir, de escuchar, de entender a los ciudadanos, ese no es el problema, sino que a partir de ahí y en ese momento, sin escuchar otras opiniones, cancele obras o decida la política exterior. Cada que decide escuchando a una plaza llena, sin importar cuántos sean, está dejando de escuchar a todos los que no fueron a esa plaza y a los que racionalmente pueden asesorarlo sin la emoción de un acto político.

4. En México existe un clasismo crónico, discriminación por forma de vestir, por nivel económica, por color de piel, por sexo (consultar Conapred), pero el presidente alimenta la polarización agregando una división por preferencia, esto es algo que tal vez después lamentemos, la violencia verbal que hoy vemos en las redes tarde o temprano será violencia física si continuamos todos promoviéndola.

¿Le funcionan sus mañaneras?

Sí, son un riesgo y lo toma; la improvisación siempre le genera críticas, pero es más lo positivo: se muestra siempre trabajando; da la cara; da instrucciones a su equipo en forma inmediata; trata de poner agenda aunque no siempre puede; no requiere boletines de prensa ni desplegados, ahí manda el mensaje y el posicionamiento que quiere, en forma barata, inmediata y masiva; toma decisiones importantes; da la idea de transparencia, es decir, son muchas cosas juntas que le favorecen.

¿Tiene el control de la agenda?

No totalmente, hay al menos tres temas que en su primer año lo molestaron o al menos no estaban “presupuestados”.

1. La migración y su cambio de política al respecto causada por Trump; el segundo debate en la campaña fue sobre este tema y su propuesta estaba más en la protección de mexicanos en EU, no se veía la crisis actual.

2. El crecimiento de la inseguridad, y en forma específica en la CDMX, lo ha obligado a tomar posturas de negar datos.

3. Las calificadoras de deuda y las estimaciones de crecimiento han sido cada vez más negativas.

¿Qué viene?

1. El tema migratorio seguirá al menos hasta noviembre del 2020.

2. Pemex seguirá dando nota, sus corrupciones, su producción, la calificación de su deuda o la refinería Dos Bocas.

3. Las cifras de inseguridad serán muy esperadas; ante el funcionamiento de la Guardia Nacional, pronto se exigirán más resultados.

4. En unas semanas conoceremos el crecimiento económico del segundo trimestre, si vuelve a caer o tiene un precario crecimiento, deberá cambiar su expectativa para este año.

5. El tema del aeropuerto, los amparos para detener Santa Lucía y para no destruir los avances en CDMX.

6. Si no se atiende rápido, el desabasto de insumos a hospitales será una crisis mayor.


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Roy Campos

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