Artículo de Roy Campos publicado en El Economista (03 de enero de 2021)
Es muy difícil “adivinar” las cosas que pasarán en todo un año. Por ejemplo, en este espacio cada año lo intento, pero el pasado fue imposible prever la pandemia y sus tremendos efectos en el mundo, aunque otras cosas sí las vimos porque son parte del calendario. En ese sentido, aunque seguramente viviremos muchos otros eventos, buenos y malos, van algunas que podemos ver venir:
El 2021 debe ser el año de la ciencia, el año donde el mundo entero se vuelque a la vacunación y a encontrar tratamientos contra el Covid-19. Como si fuera una película, los héroes aparecen y no son políticos, son científicos, aunque los primeros son los que se quieran poner las medallas.
México vivirá una campaña electoral extremadamente polarizada (y probablemente muy violenta, sólo recordemos 2018) alrededor del presidente, el escenario ya está puesto y si el presidente interviene fuera de las reglas pondrá en predicamento al INE.
Después de la elección veremos una nueva composición del Congreso y una nueva distribución del poder territorial, los dos aspectos importantes rumbo al 2024.
La inseguridad será tema, después de dos años y de la creación de una Guardia Nacional, los homicidios dolosos y los feminicidios en lugar de bajar suben y la población lo percibe a pesar de la propaganda oficial.
Los movimientos feministas resurgirán con fuerza, en realidad nunca se han apagado pero se atenuaron por la pandemia, los veremos aparecer en los primeros meses y en marzo de nuevo crecerán con motivo del Día Internacional de la Mujer.
Un tema importante quedó pendiente en 2020, la “autonomía” del Banco de México, ya que aunque nadie dice amenazarla directamente, una propuesta para obligarlo a comprar dólares puso en riesgo su funcionamiento y sus reservas, según muchos analistas; el tema seguirá y probablemente se sume el INEGI a fin de año cuando se ratifique o renueve la presidencia de su Junta de Gobierno.
Aunque habrá recuperación económica después del desplome que sufrimos en el 2020, la atención estará en el ritmo de ese crecimiento y en los sectores que se recuperarán; serán inevitables las comparaciones con el mundo.
Los casos de Emilio Lozoya y de Rosario Robles tomarán de nuevo importancia; en ambos casos se espera que muestren las pruebas que dicen tener contra otros personajes.
Durante el año veremos eventos conmemorativos a la fundación de Tenochtitlán (1321) y a la consumación de la Independencia (1821), seguramente con “fiestas nacionales” y debates sobre sus significados.
La llegada de Joe Biden a la Presidencia de Estados Unidos significará un reto para el presidente López Obrador, la relación cambiará y seguramente se reforzará la agenda verde y la de derechos laborales ya que están vigentes en el discurso de Biden desde la campaña.
Evidentemente no son todos, habrá otros como el legítimo movimiento de los padres de niños con cáncer, los probables conflictos postelectorales, indeseables desastres naturales y muchos otros; cada quien puede agregarle sus temas.
Twitter: @RoyCampos